FRAY ESCOBA.   Somos un grupo parroquial y tenemos la oración del grupo los martes a las 19:30 horas. Antes de la oración, a las 18:30 horas tenemos Exposición del Santísimo en la Iglesia, con Adoración, hasta las 19 horas que empezamos la Eucaristía. Al terminar la Misa, aproximadamente a las 19:30 horas, empezamos el grupo de oración, en otra dependencia parroquial.

     A partir del 1 de mayo, que empieza el horario de verano en la parroquia y, hasta el mes de octubre, que volvemos al de invierno, se retrasa todo una hora: a las 19:30 horas la Exposición del Santísimo; a las 20 horas la Eucaristía y a las 20:30 horas la oración del grupo.

     Os invitamos a todos los que queráis acompañarnos a que, si podéis, os incorporéis a la Adoración del Santísimo a las 18:30 y a la Eucaristía, para empezar a compartir juntos, formando Iglesia, la Presencia del Señor.

     Él va preparando nuestro corazón, con Su Presencia, primero en la Exposición del Santísimo y luego en la Eucaristía, para después, continuando presente en medio del grupo de oración, que le proclama, abrir nuestras bocas a la Alabanza, que surge como un fruto de esa Presencia Viva: Jesucristo Resucitado.

     El Señor nos reúne. La “presencia” del Señor, en el grupo de oración, no va a depender de si antes acudimos o no a la Adoración y/o a la Eucaristía, pero sí va “preparando” nuestros corazones y nuestras bocas para aclamarle como Señor y para que el Espíritu Santo vaya “abriendo” nuestro interior para acoger todo lo que el Señor quiera darnos o decirnos esa tarde, mediante Su palabra profética o textos Bíblicos, o simplemente escuchando y haciendo nuestra la oración de los hermanos. Él es el que lo realiza, independientemente de lo que hagamos o dejemos de hacer nosotros. Si podéis acudir desde la Exposición del Santísimo o a la Eucaristía, hacedlo, porque es precioso empezar a “saborear” al Señor, ya en Comunidad y en la Comunidad Parroquial.

     ¡Os esperamos!.<<<¡Gloria al Señor!>>>.

 

 FRAY ESCOBA Y "LA PASION" DE MEL GIBSON El viernes, 2 de Abril del 2004, fuimos 39 hermanos de Fray Escoba, incluido nuestro Párroco José Manuel  y algunos feligreses de nuestra Parroquia, San Martín de Porres, a ver juntos, en comunidad, la película de Mel Gibson, “La Pasión”. Nos acompañaron también, nuestros dos sacerdotes, Chus y Pitillas y un cuarto Dominico, Eusebio, del grupo “La Rosa de Sarón” de Alcobendas. Desde el mismo momento que nos metimos en los coches en la puerta de nuestra Iglesia, ya lo empezamos a vivir como un “regalo” del Señor.

            Personalmente, puedo deciros, que estoy viviendo últimamente la Comunidad como algo muy especial, con una “unción” particular, como un verdadero Don. Y siempre que tengo oportunidad, lo repito, aún a riesgo de parecer “muy pesada con el tema”.

                Fuimos a Xanadú, a la sesión de las 22:30 h. El domingo anterior, al salir de Misa de 12:30h. estuvimos compartiendo varios el deseo que sentíamos de verla juntos. Decidimos proponerlo el martes en el Grupo y al salir de la Oración nos fuimos directamente a sacar las entradas. Tuvimos “suerte” de encontrar 39 para el día del estreno y a la hora que queríamos, una vez concluidas todas las actividades de la Parroquia. Algunos, comenzamos la tarde rezando Vísperas, celebrando la Eucaristía y, como era viernes de Cuaresma, con Vía Crucis incluido, viviéndolo en Comunidad Parroquial y, “coronamos” el día, yéndonos juntos al cine…

            Al terminar la película, mientras “picábamos” algo que nos sirviera de cena, allí mismo en Xanadú, estuvimos compartiendo  nuestras impresiones sobre ella, hasta más de las 2 a.m., ya del sábado 3 de abril. Salimos “impactados”, a todos nos había “tocado” de alguna manera. Y aún otro grupo, ya en Móstoles, seguimos, hasta las cuatro de la madrugada, hablando de la “peli” y sobre todo, del Señor. Esto forma parte del regalo que es la Comunidad: tener hermanos con quienes compartir las cosas que te interesan  y poder hablar del Señor, sabiendo que “te entienden” porque están en la misma “dimensión” que tú. Esto solo lo hace el Espíritu Santo.

            A mí, “La Pasión”, me ha sorprendido gratamente. Para más exactitud, “muy gratamente”. Después de tanta polémica, sinceramente no esperaba mucho de ella.  Mejor dicho, de quién no “esperaba mucho” era de su Director, Mel Gibson  y del “tratamiento” que pudiera dar al tema un “católico preconciliar” como él - al menos así le han denominado -. La película, para mí, es fantástica y el tratamiento dado por Gibson me parece excepcional. Supongo que algunos estaréis de acuerdo y otros no. En nuestra comunidad de Fray Escoba desde hace unos meses, estamos viviendo “la Humanidad de Jesús” de una manera  intensa, tanto desde la Predicación como en los testimonios y vivencias personales. Y en el film, esta humanidad queda patente. Algunos dicen que es “exagerada”: tanta “sangre”, tanto “ensañamiento”, tantas “caídas” al suelo…Yo, creo que no le “sobra” nada, al contrario. Tuvo que ser así, o más. Jesús sufre la Pasión como hombre y muere como hombre, desde su más profunda y arraigada humanidad. Jesucristo es Dios. Él es la segunda Persona de la Trinidad, el Hijo de Dios, amado intensamente por su Padre. Pero en esa reciprocidad de Amor en la que se mira El uno en el Otro, por pura obediencia al Padre, voluntariamente, se despoja de su condición divina para vivir y morir exclusivamente desde su humanidad, en pura confianza filial. Y aún, sintiéndose “abandonado” en algún momento, con ese “¡Elí, Elí! ¿Lemá sabactaní?, esto es: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿Por qué me has abandonado?” (Mt. 27, 46-48), este grito desgarrador del Salmo 22,2, no le aparta ni un ápice de esa confianza plena en el Amor de Su Padre: Se siente solo y abandonado, pero no duda de Él.

            Yo os aconsejo que si aun no habéis visto la película lo hagáis. Y si podéis hacerlo en comunidad, mejor.

 

FRAY ESCOBA EN PASCUA DE RESURRECCIÓN  Hemos tenido el regalo del Señor, de poder celebrar juntos en comunidad, en nuestra parroquia de San Martín de Porres, la Vigilia Pascual y el resto de los Oficios de esta Semana Santa del 2004.

            Yo, por motivos profesionales, no puedo salir de Móstoles durante la Semana Santa. Trabajo como médico de urgencias y, por ello, las únicas fechas en las que no nos permiten coger ningún día de vacaciones son en Navidad y Semana Santa, por lo cual, de los cuatro días “festivos” de la Semana, he tenido que trabajar tres. Pero, lo que antes era para mí un “lastre”, lo estoy viviendo, últimamente, como un don, porque gracias a ello, puedo participar de la mayoría de los Oficios con mi comunidad de Fray Escoba y en comunidad Parroquial.

            El Jueves Santo tuvimos los Oficios a las 18h con la Celebración de la Cena del Señor y a las 22h la “Hora Santa”. Fue un regalo- repito- del Señor. Llevó la Oración el padre J Mª Pitillas O.P.

            “Piti”, tiene un don especial para, durante esa hora, transportarnos al corazón amoroso de Jesús y “acompañar” a ese Jesús hombre, desde nuestra propia humanidad. La Presencia del Señor se hizo “palpable” y, al terminar, toda la Parroquia cogidos de la mano y rodeando el recinto de la iglesia, rezamos el Padre Nuestro sintiendo, realmente, el Amor del Padre hecho realidad en su Hijo, Jesucristo, y a través de Él, en cada uno de nosotros.

            El Viernes Santo, tuvimos Oración de Laudes y Vía Crucis a las 11am y los Oficios de nuevo a las 18h, con la Celebración de la Pasión y Adoración de la Cruz.  Después, un grupo de hermanos, nos fuimos a Ocaña a ver las Procesiones y participar de la fe popular.

            A las 10 am del Sábado Santo rezamos Laudes y a las 22h celebramos la Vigilia Pascual:

           De la hoguera que ardía en el jardín, a la entrada de la Iglesia, se encendió el Cirio Pascual y, alrededor del fuego, fuimos prendiendo nuestras velas, trasmitiéndonos, de unos a otros, la “llama encendida”. Después, durante la ceremonia, celebramos el Sacramento Bautismal, con el Bautizo de una pequeña, Ana Mª, y renovamos nuestro propio Bautismo, con la alegría de sentirnos, realmente “renovados” por el Espíritu Santo.

            Presidió la celebración nuestro Párroco José Manuel, junto con nuestros dos sacerdotes, Chus y Pitillas, ¡os podéis imaginar…!

            “Piti”, llevó también la música, junto con algunos hermanos de Maranatha que nos acompañaron.

            La “Fiesta Grande” para nosotros los cristianos, la Resurrección, os puedo decir que se vivió en Móstoles con el inmenso gozo de “sentir” y “saborear” que Él, el Señor, está Vivo.

            Las “palmas”, las canciones y los gritos de Gloria, contagiaron al resto de la feligresía, la cual se unió a nuestra alegría, sintiéndonos todos como niños. “Piti”, invitaba a la Comunidad, desde el micrófono, a alabar al Señor con fuerza: “…¡Que se caiga el techo! … ¡Que se caiga! … Que lo tenemos asegurado…¡El Señor ha Resucitado!”.

            Después, la Parroquia nos invitó a una “ chocolatada”, que preparó nuestro hermano Pedro, y compartimos, todos juntos, la alegría de la Resurrección.

            El domingo, después de Misa de 12:30h, que celebró Chus y donde se volvió a aclamar y proclamar con gozo la Resurrección del Señor, fuimos, Fray Escoba, junto con nuestro Párroco, a comer en un restaurante el “cordero Pascual”. Éramos 29 personas. Yo, doy gracias al Señor por el don de la Comunidad. Realmente es un Don. Comimos, brindamos, compartimos… y tuvimos una sobremesa en la que, por increíble que  parezca, se hizo Teología, y no en sentido figurado, hasta que nos echaron del local. El tema de la discusión fue el siguiente: los sufrimientos y la muerte de Cristo ¿merecieron la resurrección, o fue la resurrección la que dio sentido y mérito a la muerte? Todo ello resultó para todos, como os decía al principio, un regalo de Resurrección del Señor.

            Y al terminar, de los veintinueve “comensales”, nueve, incluido José Manuel, nuestro Párroco, nos fuimos a la Bolera de Xanadú para “rematar” la jornada. ¿Sabéis lo que es hacer en una partida 0:0,0:0,0:0? …Pues ¡esa soy yo jugando a los bolos!.

            Doy gracias al Señor por tener hermanos, por tener una Comunidad y  por mi Parroquia. Y le doy gracias por haber muerto por mí y por haber resucitado por mí. ¡La Gloria es para Él!. ¡La Gloria es Suya, solo  Suya!. <<Gloria al Señor>>.

    

                       ¡Feliz Pascua de Resurrección a todos!.

                                      

                                             12 de  Abril 2004.

 

 

FRAY ESCOBA EN OCAÑA. El pasado 21-2-04, hermanos de Fray Escoba han ido a Ocaña, de excursión con nuestra Parroquia, San Martín de Porres, para visitar el “Porticum Salutis”. Ha sido un día precioso.

     Salimos en autocar a las 10:30, de la parroquia. Por la mañana visitamos el convento de los PP Dominicos en Ocaña, que pertenece a la Provincia del Rosario de la que dependen los sacerdotes de nuestra Parroquia. De aquí han salido, desde el siglo XVI, frailes misioneros a predicar el Evangelio a Filipinas, Corea, China, Japón, Vietnam, etc. y lo siguen haciendo hoy día. “Misioneros de Ultramar”, dice el grabado en piedra que preside la puerta de entrada a la Iglesia.

     Posteriormente, visitamos el “Porticum Salutis”. Verdaderamente, el “montaje” es bellísimo. La “escenografía” del Belén  es una obra de arte y el diálogo, una verdadera Predicación, un anuncio del Kerigma primitivo. Partiendo de la Resurrección del Señor, se representan escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, con un lenguaje que “toca” el corazón y te hace experimentar que Él, el Señor, está vivo. Su mensaje, representado por un Belén tradicional y el lenguaje fresco del Evangelio, te “quebranta” y te hace sentir como un niño, gozando con cada una de las figuritas del Belén “de toda la vida”.

     Comimos allí mismo, en el convento, un “Cocido Madrileño” riquísimo, que con el día “intempestivo”, de frío y lluvia que hacía, nos sentó de maravilla. Compartimos con toda la parroquia unos momentos muy entrañables.

     Después de comer, salimos a pasear y a visitar Ocaña, todos juntos. Y digo “pasear”, por que el Señor fue tan bueno, que nos permitió hacer el recorrido por el pueblo sin mojarnos, durante todo el “trayecto” no cayó ni una gota de lluvia, ¡Con lo que había caído!.

     Visitamos una alfarería, sin que estuviera “premeditado”, donde pudimos apreciar, la belleza del barro blanco, debido a la sal, de los objetos tradicionales de la artesanía de Ocaña, según salían del torno. Y salimos de allí, cantando por las calles:

                                                  “Yo quiero ser,

                                                  Señor amado,

                                                  como el barro en manos del alfarero.

                                                  Toma mi vida,

                                                  hazla de nuevo,

                                                  yo quiero ser,

                                                  un vaso nuevo”.

     A las 17:30, tuvimos la Eucaristía, presidida por nuestro párroco, José Manuel. Fue un momento maravilloso. Y al terminar, nos trasladamos, casi “diluviando”, de nuevo a Móstoles.

     Le damos gracias al Señor por haber podido compartir ese día de alegría, en Comunidad, con  nuestra Parroquia. <<¡Gloria al Señor!>>.

                                P:D. Os aconsejamos que no os perdáis la visita al “Porticum Salutis”, que permanece abierto durante todo el año, aunque no sea Navidad o, quizás por eso mismo, porque Navidad es todo el año.